Una hoja del libro Nahyul Balagha: Recordad que no importa lo rico que pueda ser un hombre, no puede situarse a sí mismo por encima de la ayuda y buena opinión de su gente

Lo que sigue es parte del libro Nahyul Balagha escrito por Sayyid Muhammad Radi y traducido por Muhammad ‘Ali Anzaldua Morales y Abdul Jabir Arce que ha sido seleccionado por Shafaqna.

Una hoja del libro Nahyul Balagha: Recordad que no importa lo rico que pueda ser un hombre, no puede situarse a sí mismo por encima de la ayuda y buena opinión de su gente

Discurso 23

En este discurso, Imam Ali (A.S) ha aconsejado al pobre a no envidiar al rico,
y ha aconsejado al rico a socorrer y ayudar al pobre:

Cualquier cosa que un hombre recibe en forma de hijos, riqueza o
infl uencias está decretada. Estas bendiciones caen como gotas de lluvia,
trayendo la felicidad y la abundancia en sus caminos. Y exactamente
igual que las gotas de lluvia, su cantidad está predestinada, dispendiosa
y abundante en muchos casos, escasa y parca en muchos otros.

Por consiguiente, si encontráis que vuestros hermanos tienen muchos niños
y riquezas, no los envidies y no trates de perjudicarlos o dañarlos. Uno
debe esforzarse y trabajar por mejorarse así mismo; y a menos que un
musulmán adopte formas de vida tan mezquinas que si le da publicidad y
se le descubre traerían desgracia y vergüenza, puede esperar retribución
razonable a sus esfuerzos y trabajo.

Feliz es el hombre muy piadoso que es honesto en sus tratos; espera con
complaciente expectación cualquiera de las dos retribuciones. Está feliz
y complaciente de encontrar la muerte cuando quiera que venga, esto es,
estar siempre dispuesto a irse en cualquier tiempo que sea llamado. Si
se le concede una larga vida, está contento con cualquier cosa que Dios
Todopoderoso le haya bendecido.

Por supuesto, los hijos y las posesiones mundanas son los pastizales y
campos floridos de este mundo, pero las buenas acciones conducirán a
los Jardines del Paraíso, y para muchos, Dios, a través de Su gentileza y
Misericordia, les ha concedido ambas cosas.

Ciertamente, debéis temer a Dios y recurrir honestamente a las
buenas acciones. No debiera haber fariseísmo e hipocresía en vuestras
acciones, porque Dios no recompensará la hipocresía. Si uno ha sido
bueno solamente por ostentación, entonces deberá esperar solamente la
recompensa humana.

Pero si uno desea alcanzar los elevados lugares del martirio y la compañía
de los Profetas (P) y santos en el Paraíso, esto sólo puede ser alcanzado
a través de la bondad y la honestidad.

Recordad que no importa lo rico que pueda ser un hombre, no puede
situarse a sí mismo por encima de la ayuda y buena opinión de su gente,
no puede prescindir de su simpatía y caridad, (que son sus mejores aliados
en los infortunios y calamidades) y buena protección contra la difamación
y la calumnia.

La buena reputación que un hombre generoso deja tras de sí, es siempre
miles de veces mejor que las riquezas que deja para ser heredadas por
otros.

Estad precavidos, si alguien encuentra pobreza, privación y hambre entre
su gente y rehúsa extenderles una mano caritativa, no aumentará su
riqueza por tales medios, mientras que el gastar en caridad ni disminuirá
su riqueza ni le reducirá a la pobreza.

Aquel que se abstiene de ayudar a su gente debe recordar que él ha negado
una mano caritativa y cuando lo necesite, miles de manos se abstendrán
de ayudarle. Aquel cuyo comportamiento con su gente es bueno, gana
amor y devoción duraderos.

Fuente: es.shafaqna.com