Explicación al Nahy-ul Balâghah: Ḥikma II

Ḥikma 

Explicación al Nahy-ul Balâghah: Ḥikma II

وَ قَالَ علی (علیه السلام): أَزْرَى بِنَفْسِهِ مَنِ اسْتَشْعَرَ الطَّمَعَ، وَ رَضِيَ بِالذُّلِّ مَنْ كَشَفَ عَنْ ضُرِّهِ، وَ هَانَتْ عَلَيْهِ نَفْسُهُ مَنْ أَمَّرَ عَلَيْهَا لِسَانَه

El Imam Ali (AS) dijo: “El que hace de la avaricia su consigna se ha humillado a sí mismo, el que comparte sus problemas con otros se ha sometido a la humillación, y al que lo domina su lengua será deshonrado.”
Explicación:

Quien fomenta la avaricia y la codicia, invita a la degradación. Quien siempre habla de su pobreza y mala suerte, estará siempre humillado. Quien no controla su lengua tendrá a menudo complicaciones y molestias.

Términos:

(أزْرى بِنَفْسِهِ): empequeñecerse ante algo, ser subyugado por algo.
(اسْتَشعَرَ): sobreponerse ropa, usar ropa debajo de otra, que significa que es sometido por la codicia y la avaricia.
(أمَّرَ لِسَانَهُ): ser dominado por su lengua, ser llevado por sus palabras, hablar de más.
El Imam Ali (as) en este esclarecedor ḥikma ha señalado las consecuencias y los malos efectos de tres vicios morales, por medio de tres frases. En la primera: (أَزْرَى بِنَفْسِهِ مَنِ اسْتَشْعَرَ الطَّمَعَ), la palabra “ṭama‘” (طمع) significa el que busca más de lo que le es propio por derecho y lo logra en ocasiones arrebatándolo de las manos de los demás. El término de “’istaš‘iar” (استشعر), que significa literalmente usar doble ropaje, usar una ropa por debajo de otra, lo que indica que alguien se aferra a la codicia y no se separa de ella. Es obvio que las personas codiciosas tienen que someterse a cualquier humillación con tal de alcanzar su egoísta objetivo, llegando a quebrar su personalidad.

En otra narración se menciona el peligro de este reprobable defecto:

“Y es singular que cuando aumenta la codicia, la gente hace cosas que son completamente estúpidas. Similar a lo que se narró sobre el famoso árabe codicioso llamado “’Aša‘b” (اشعب) que muchas veces tomaba su falda en sus manos mientras caminaba y la sostenía abierta al cielo mientras decía: He oído que algunos pájaros vuelan y ponen huevos, tal vez el huevo de ese pájaro caiga en mi regazo. Ya sea que esta historia sea cierta o no, se refiere a las cosas vergonzosas que la gente hace por codicia.”

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Lo opuesto a la codicia es el beneplácito de la satisfacción, que causa la dignidad de la persona, tal como dijo el Imam Ali (as): “El que esté satisfecho será amado.”[1]

En el segundo punto, dice: Quien revela sus dificultades y problemas a los demás sin beneficio alguno será conducido a su humillación; “el que comparte sus problemas con otros se ha sometido a la humillación” (وَ رَضِيَ بِالذُّلِّ مَنْ كَشَفَ عَنْ ضُرِّهِ). Es claro que cuando una persona habla con un médico de su dolor y le pide que lo cure, o le cuenta a un juez la injusticia que le ha ocurrido y pide justicia, o habla con un amigo de su mal para conseguir un préstamo, no ha hecho nada malo y busca la solución de problemas. Pero plantear problemas a quienes no tienen capacidad para resolverlos no tendrá otro efecto que la humillación propia. En tales casos, uno debe ser dueño de sí mismo y no quejarse.

El Imam Ali continúa diciendo en la tercera oración: “al que lo domina su lengua será deshonrado” (وَهَانَتْ عَلَيْهِ نَفْسُهُ مَنْ أَمَّرَ عَلَيْهَا لِسَانَهُ). El significado de que la lengua sea el emir (امير) de sus acciones, o sea el que la lengua (o palabras) controla y reina sobre sus acciones, es que la persona no está bajo el control de la razón (‘aqil) y el pensamiento, llevando a la persona a un fin número de indiscreciones y vergüenzas. Es obvio que las palabras que no parten del pensamiento, la razón y la piedad en muchos casos crean peligros que el ser humano no puede compensar, y en ocasiones provocan el distanciamiento de las personas honradas, causando diferencias y enemistad hacia la persona indiscreta.

Un bello poema árabe dice:

اِحْفَظْ لِسانَکَ اَيُّهَا الاْنْسانُ لا يَلْدَغَنَّکَ إنَّهُ ثُعْبانٌ

“Guarda tu lengua, ¡oh hombre!, para que no te pique, pues (ella) es una serpiente.”

En otra narración aparece la siguiente idea: “مَنْ کَثُرَ کَلاَمُهُ کَثُرَ خَطَؤُهُ” – “Quien habla mucho, sus errores se multiplican”, o sea, una persona que habla mucho cometerá muchos errores. Estos errores harán que la persona que los cometa quede humillado y pierda el valor de su opinión. En suma, el sabio debe poner su lenguaje a disposición de su intelecto, no éste a disposición sus palabras, ya que el primer caso causa la felicidad, pero el segundo caso origina de la humillación.

Hay que prestar atención a los tres rasgos negativos mencionados por el Imām en esta breve declaración. Se debe vigilar y controlar la codicia, revelar tus problemas a los otros y dejarse llevar por las palabras.

Nota:

1- Gharral al-Hakm, p. 392. En algunos textos se ha citado de la siguiente manera: (عَزَّ مَنْ قَنَعَ وَ ذَلَّ مَنْ طَمَعَ). (Sharh Nahj al-Balaghah. Ibn Abi Hadid, volumen 19, página 50).

Fuente: es.shafaqna.com