por Roberto Chambi Calle (1):
Aquel día donde todo iba a teñirse de rojo y el olor a muerte acechaba, su familia que sumida en el más profundo dolor observaba con llanto y tristeza al esposo, al padre, al hermano al hijo del Profeta Muhammad (BPUH) a punto de obedecer el mandato divino contra la tiranía, un día en donde todo era silencio; pues sabían que el Imam Hussain (AS) sacrificaría su vida para mantener vivo el legado puro y divino de su abuelo.
Antes de entrar al combate les dijo “Traigan mi vestuario así como mi ropa interior para no quedar desnudo cuando sea martirizado (2)” se puso su armadura y junto a sus 72 compañeros se dirigió a las mujeres de su familia diciéndoles: “!Oh Sukaina! ¡Oh Fátima! ¡Oh Zaynab! ¡Oh Um Kulzúm! ¡Que la paz de Dios este con ustedes!” en ese momento su hija Sukaina (SA) a quien amaba mucho lloraba, al ver esto, el Imam la acercó a su pecho, la besó y hundiéndose ambos en una sola mirada le secó las lágrimas calmándola, después de ello él junto a sus 72 compañeros inició su camino; cargó su espada, subió a su caballo y se fue al combate contra la tiranía, la mentira y el “gobierno” falso y podrido de Yazid.
Desde hace 1400 años el islam se enluta, paradójicamente “Muharram” es el año nuevo del calendario Islámico, sin embargo, no hay nada que celebrar; pues se recuerda en los primeros días toda la tragedia y la epopeya del “Señor de los Mártires”, cuando en el año 61 de la hégira (680 d.C.) fue asesinado por las hordas de la monarquía heredera de Muawia en el desierto de Karbala en Irak.
Esta épica después de más de 14 siglos, hoy sigue viva en el corazón de los todos los verdaderos creyentes que siguiendo el ejemplo del “Señor de los Mártires”, hoy resisten contra gobiernos tiranos y opresores; ya que el islam puro en conexión directa con las enseñanzas del Profeta Muhammad (BPUH) y su familia inmaculada tiene sentido de ser cuando se rememoran y se llevan a la práctica lo que enseñó y legó, pues en aquel entonces 72 hombres se enfrentaban contra un ejército de 40.000 hombres; hordas encubadas en Abu Sufian (3), ya que tanto el califato de Muawia y Yazid siempre quisieron “vengar” y eliminar a Ahlul Bayt. Yazid embriagado por el “poder” ordenó al gobernador de Medina que le enviara a Damasco el juramento de fidelidad o la cabeza del Imam.
El Imam Hussein (AS) desde un primer momento estaba decidido a no dar el juramento de fidelidad a Yazid siendo consciente de que iba a ser asesinado, no obstante, de ello, él no podía aceptar un “gobierno” de injusticia y tiranía.
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A 70 kilómetros de Kufa (4) (Irak) en el desierto denominado Karbala, el ejército del Imam fue rodeado por 40.000 incrédulos, en esos días previos al Ashura (5), el Imam fortificó sus posiciones; así como seleccionó a sus hombres para el combate final. Una noche antes de encarar la muerte, reunió a las personas que estaban junto a él diciéndoles que solo lo buscaban a él y que a ellos solo les esperara la muerte y el martirio por lo cual el Imam los liberó de sus obligaciones, de tal modo que cualquiera que quisiese aprovechando la noche podía retirarse, se quedaron solo un puñado de aquellos hombres que lo amaban de verdad, manifestándole que defenderían a sus familiares hasta la última gota de su sangre. Era la última noche de aquellos hombres; pues al día siguiente el paraíso les esperaba, en aras de ello el Imam junto a estos hombres de fe, utilizaron este tiempo para adorar a Dios, ya que en la mañana hijos, nietos, hermanos, sobrinos iban a teñir de rojo toda Karbala…
El 10 de Muharram desde temprano la batalla había comenzado, el Imam junto con su grupo reducido de 72 hombres (32 jinetes y 40 hombres) daba una fuerte respuesta asestando grandes golpes a las hordas de Umar Ibn Saad, quienes no podían creer cómo un puñado de hombres sedientos y sin comida podía resistir al ataque de 40.000 hombres; arqueros, jinetes y hombres eran reducidos por un ejército de 72 hombres, respecto a ello el Imam Sadiq (AS) Narró: “El Imam atacó a sus enemigos. En la batalla recibió treinta y tres heridas de lanza y treinta y cuatro cortes de espada. Estaba cansado, sediento, hambriento y desconsolado”.(6) En los últimos momentos -según el libro del Sheij Mufid en su libro “Kitab Al Irshad” – el Imam quedó reducido solo con tres hombres, quienes lo defendieron hasta el último momento siendo martirizados, estando solo ya el Imam Hussein (AS), herido en la cabeza, en su cuerpo, sediento y cansado aun luchaba sosteniendo su espada atacando a izquierda y derecha, cuando Shimr ibn Dhil-Yawshan al no poder enfrentar cara a cara al Imam, llamó a la caballería, así como a los arqueros quienes lazaron una lluvia de flechas quedando el Imam como un erizo, al verle su hermana acudió cerca de él, lo abrazó siendo abruptamente apartada por el látigo de shimr, quien amenazándole que si no se apartaba le cortaría e cuello (7), “Entonces Shimr ibn Dhil-Yawshan gritó a los soldados de a pie y a la caballería: – ¿Por qué estáis esperando al hombre? ¡Que vuestras madres sean privadas de vosotros! Así que ellos lo atacaron por todos lados. Zur’a ibn Sharik lo hirió en el omóplato izquierdo cortándolo. Otro le dio en el hombro. Sinan ibn Anas An-Nja’i le clavó una lanza y lo mató. Jawali ibn Yazid Al-Asbahi se lanzó sobre él y se inclinó para cortarle la cabeza, pero se puso a temblar. Shimr le dijo:- ¡Que Dios aplaste tu brazo!, ¿Por qué tiemblas? Entonces Shimr, a quien Dios maldiga, se inclinó y decapitó a Al-Husain (AS). Él alzó la cabeza de Al-Husain y la entregó a Jawali diciendo: – Llévala al comandante, ‘Umar ibn Sa’d (8)”….
El cielo y la tierra se tiñeron de rojo, llanto, lamentaciones inconsolables y tristeza era lo único que quedaba, la familia del Imam miraba a lo largo de aquel desierto varias lanzas; en una pica estaba la cabeza de aquel hombre que entregó su vida para el resguardo del Islam puro de Muhammad (BPUH) y Ahlul Bait (AS).
Después de la batalla, no satisfechos los tiranos con haber martirizado al Imam, las hordas de Yazid saquearon sus tiendas, robaron sus pertenecías, quemaron lo poco que tenían, así como decapitaron los cuerpos de los mártires desnudándolos y tirándolos al suelo sin enterrarlos. Zaynab (SA) junto a las mujeres y el Imam Zayn al-Abidin (AS)(Cuarto Imam) fueron obligados a marchar detrás las cabezas de los mártires a Kufa y luego a Damasco según el relato del Seyed Tabatabai (9) entre los prisioneros se encontraban un hijo de 22 años del Imam Hussain (Cuarto Imam) quien no fue martirizado; ya que se encontraba muy enfermo, también estaba su hijo de 4 años Muhammad Ibn Ali (que sería el 5to Imam) y finalmente Hasan Mutzana segundo hijo del Imam Hasan (AS).
Hoy al recordar un año más de este suceso épico para los amantes de la libertad, en base a los principios divinos no solo se recuerda, sino se vive como hace 1400 años atrás la hazaña noble y pura de quien elevó a su máximo esplendor el amor a Dios, a los Profetas y los verdaderos creyentes; pues con la consigna de libertad y dignidad, Hussain (AS) demarcó el camino del honor y la grandeza espiritual para que hombres y mujeres no se sometan nunca a la humillación, a la corrupción, ni a la podredumbre y la tiranía de los Omeyas, de los “Muawiyas” ni “Yazids” de hoy, ya que es mejor la resistencia, el honor y el martirio frente a la opresión y humillación.
Hoy ese patrimonio espiritual, late en el corazón de todos los amantes de la fe, la justicia y la verdad denotando que el verdadero islam nunca será yuxtapuesto por la mentira, la tiranía, la demagogia y el gobierno de la podredumbre material frente al islam puro del Profeta y Ahlu Bayt. Hoy su presencia está viva en todos los hombres y mujeres que siguen su legado, cuando se enfrentan a los tiranos y gobiernos opresores, aplicando de manera directa las enseñanzas del Señor de los Mártires, por esto mismo el deber de cada musulmán y musulmana es seguir su ejemplo y su legado frente al cualquier tipo de humillación, más aún en un mundo donde cada día se va plagando de maldad, materialidad, mentira, libertinaje, lujuria y tiranía; pues aún está gobernado en su mayoría por dictadores, tiranos y monarcas similares a Yazid, a quien el noble Imam le dijo: “Sabed que el hijo bastardo de un bastardo me ha dado a elegir entre dos cosas: la espada o la humillación…¡Y lejos está de nosotros la humillación!”, el Imam fue claro ayer y hoy, por lo tanto el deber del verdadero creyente es siempre estar a lado de la verdad, pero no solo acompañarla; sino defenderla, ya que “Todos los días son Ashura y toda la tierra es Karbala”.
Notas:
1- Teólogo, jurista e investigador especialista en religiones comparadas por la Universidad Internacional “Al Mustafá” en la Santa Ciudad de Qom-Irán y miembro de la Asociación de la Comunidad Islámica Ahlul Bait de Bolivia (ACIABOL).
2- Muyadi, Ali, “Farhang Jaeme Suhanan Imam Hussein” (AS), Tehran, 2002, P.545-547
3- Fue uno de los mayores oponentes (hipócrita) del Profeta Muhammad (PBUH), siendo desde un principio reacio e intolerante con el islam convirtiéndose él y su familia al islam solo cuando el Profeta (PBUH) de forma pacífica venció a su ejército entrando finalmente a la Meca.
4- Es una ciudad en el sur de Irak a 10 kilómetros de Nayaf.
5- Palabra de origen árabe, viene de la raíz Ashr (عشر) que significa 10 (Diez) siendo el décimo día del Mes de Muharram en el cual fue asesinado el nieto de Muhammad (PBUH)
6- Ansarian, Husein “La Epopeya de Ashura”, Elhame Sharg, 2015, p. 76-77
7- Ibidem p.79
8- Al Mufid, Sheij “La Tragedia del Imam Huseyn, del Libro Kitab Al Irshad”, 2009, Qom, p. 56
9- Tabatabai M.H. Allamah Seyed, “La Vida de los 12 Imames”, Dar Roh E. Haq, 2004, Qom, p.23
Fuente: es.shafaqna.com