(Agencia internacional de colaboraciones de noticias shiítas) Lo que sigue es parte del libro Nahyul Balagha escrito por Sayyid Muhammad Radi y traducido por Muhammad ‘Ali Anzaldua Morales y Abdul Jabir Arce que ha sido seleccionado por Shafaqna.
La carta impactante de Imam Ali a Shurai Ibn Hariz (conocido Ghadi) que contiene consejos informativos:
Shurai Ibn Hariz (conocido Ghadi) tuvo un importante puesto durante el régimen anterior por lo que Imam Ali (P) también lo designó como jefe de justicia de Kufa. Imam Ali (P) se enteró que había comprado una casa en la ciudad una casa más bien cara, posiblemente más cara y señorial que lo que su estatus demandaba, y por un importe bastante menor de lo que realmente valía. Imam Ali (P) lo llamó y le dijo:
“Tengo entendido que has comprado esta casa por 80 dinares y has escriturado la venta legalizándola con la firma de testigos.”
Shurai respondió: “¡Oh Amir al Muminín realmente es así!”. Escuchando esto
Imam Ali (P) se molestó y enfadado le dijo:
“Shurai, se te advierte que una cosa te sucederá sin tener en cuenta la compra que hiciste, ni el testimonio de los testigos, y te sacará de la casa sin nada y sin darte cuenta te llevará a la sepultura. Y ante tal suceso, debes pensar bien si tú has comprado esta casa con dinero que no te pertenece más que a cualquier otra persona, si el precio de compra fue obtenido ya sea por medios equívocos o tramposos o por medio de una riqueza mal habida que sufragó su costo. Si fuese así, recuerda entonces que dejarás esta casa y en el negocio perderás tu lugar en el cielo. Si hubieras venido a verme antes de hacer esta transacción se te hubiera redactado esta venta de tal manera que no la hubieras querido comprar ni siquiera por un dírhams (el dírhams era la moneda más pequeña) ¿Sabes cómo hubiera sido redactada esta transferencia? En las siguientes palabras:
Una modesta y débil criatura ha comprado esta casa de otro ser mortal. Sus límites son los siguientes: por una parte está limitada por las calamidades y los desastres. Por la otra, limita con la desilusión y el infortunio. Por un tercer lado, su límite está cubierto por la inmoderación y los deseos excesivos que terminan en fracasos. Y por el cuarto lado, linda con la descarriada y seductora tentación de Satanás y la puerta de su casa está abierta apuntando a ese cuarto lado.
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Un hombre que dirige su vida bajo el inmisericordioso dominio de los deseos inmoderados y escandalosos ha comprado esta casa a otra persona que está siendo implacablemente inducida a morir. Y por el precio de la compra ha negociado la gloria de una forma de vida con contenido por otra detestable y sometida a todo tipo de humillación por el lucro y los placeres.
El comprador no se percató con qué infortunio y degradación compraba y cuál sería el costo a pagar por esa acción. Su rescate ahora está en las Manos del Supremo que hace perder el cuerpo de los reyes en el polvo y derriba sus imperios. Quien termina con la vida de poderosos gobernantes y Quien terminó con el dominio de Egipto, Persia, Grecia, Roma, Hammurabi, y los reyes en el Yemen. Quien ha destruido el poder, la gloria y la fortuna de todos esos individuos que han amasado riquezas, reunido propiedades, edificando casas fuertes y durables decorándolas con los mejores y más costosos muebles y rodeándolas de maravillosos jardines.
Esa gente imaginaba que ellos y sus descendientes gozarían los frutos de su trabajo aunque, en realidad, todas las casas así edificadas y las cosas así logradas tendrán que ser justificadas el Día del Reconocimiento, el día en que la gente será premiada o castigada de acuerdo a sus obras, el día que el autor del mal sufrirá por sus actos perversos y malignos. Tu pensamiento corroborará y con firmará esto si está libre de ambiciones inmoderadas, de la tentación, de la codicia, de la sensualidad, de las inclinaciones y de las relaciones malignas.
Fuente: es.shafaqna.com