¿Qué pasó para el represante del Imam Husain (P)?

El viaje de Muslim ibn Aqíl a la ciudad de Kúfa y su martirio

Una de las más tristes y graves tragedias que tuvieron lugar al comienzo de la sublevación del Imam Huseyn, la paz sea con él, es decir, tras el viaje del Señor de los Mártires de Medina a La Meca y de La Meca hacia Kúfa, fue el martirio de Muslim ibn Aqíl (a.s.).

¿Qué pasó para el represante del Imam Husain (P)?

Muslim poseía una notable personalidad. Marhum Hach Sheyj Abdel lah Mámaqání en la obra Tanqíh al-Maqál ha dicho de él:

“Muslim ibn Aqíl es el señor de los seres felices, el primero de los mártires de la épica de Karbalá y el embajador y representante del Señor de los Mártiresante las gentes de Kúfa.

Su grandeza y majestad están más allá de lo que se puede describir con la pluma y su personalidad no puede ser abarcada.”(1)

Sheyj Sadúq, la misericordia de Dios sea con él, que es uno de los más grandes sabios de la Shía, relata, en la obra Amálí, con su cadena de transmisión, que Amír al-Muminín dijo al Mensajero de Dios:

“¡Oh Mensajero de Dios! ¡Cómo amas a Aqíl!”

El Mensajero dijo: “Sí. Lo juro por Dios. Le amo por dos cosas. Le amo por mí y le amo por el amor que le profesaba su padre Abu Tálib. Y, ciertamente, su hijo será matado por su amor a tu hijo. Llorarán por él los ojos de los creyentes y pedirán bendiciones por él los ángeles querubines.”

Después de eso, el mismo Mensajero de Dios comenzó a llorar tan intensamente que sus lágrimas caían sobre su pecho.(2)

En algunas obras acreditadas se lee que en la guerra de Siffín, Muslim, junto al Imam Hasan Al-Muchtabá (a.s.) y al lado del Imam Huseyn (a.s.) y de Abdellah ibn Yafar, fue el portaestandarte del ejército del Islam por orden de Amir al-Muminín Ali. Es decir, que el cuerpo derecho del ejército estaba bajo sus órdenes.(3)

La noble madre de Muslim ibn Aqíl era iraní y de una respetada tribu que habitaba entre Kúfa, Basra y el Golfo Pérsico.(4)

La esposa del noble Muslim se llamaba Ruqaiah hija de Amir al-Muminín Ali y tuvo con ella dos hijos, Ali y Abdellah que cayeron mártires el día de Ashurá junto al hermano de su madre, el Señor de los Mártires.(5)

Sobre la grandeza de Muslim Ibn Aquil es suficiente testimonio el que aporta Sheyj Al-Mufíd, Dios esté satisfecho de él, diciendo que, en la carta que Imam Huseyn (a.s.) escribió a la gente de Kúfa y que entregó a Muslim para que la llevase, como representante suyo a ellos, había escrito esta frase:

“Os envío a mi hermano e hijo del hermano de mi padre, un hombre de toda mi confianza de la gente de mi casa (Ahl bayti).”(6)

Después, Sheyj Mufíd dice: “Cuando Ibn Ziyad entró en Kúfa, la séptima noche del mes de Dul Hiyya, aquellos que traicionaron su palabra por amor a la vida y a los placeres mundanos abandonaron al noble y santo Muslim ibn Aqíl y le dejaron sólo en la mezquita de Kúfa rompiendo su pacto de lealtad. Este embajador divino fue deambulando perdido por las calles, no conocía a nadie que le acompañase.

Finalmente, llegó ante la puerta de la casa de una anciana seguidora de Ahl ul-Bait llamada Tau’a.(7) Ella estaba asomada a la puerta de su casa para averiguar dónde estaba su hijo en medio de todo lo que estaba sucediendo en Kúfa. Muslim, al ver a aquella mujer, le dijo:

“¡Oh sierva de Dios! Invítame a un poco de agua.”Aquella noble mujer trajo a Muslim un recipiente con agua y regresó a su hogar. Un momento después volvió a salir y dijo al noble Muslim:

“¡Oh siervo de Dios! ¿Has saciado ya tu sed?”Muslim respondió: “Sí, ya he saciado mi sed.”

La buena anciana dijo: “Pues entonces regresa ahora junto a tu familia. No es adecuado que permanezcas aquí parado.”

Muslim no dijo nada. Tau’a le volvió a pedir que se fuera pero Muslim siguió sin responder y sin moverse.

La tercera vez Tau’a le dijo:

“Glorificado sea Dios ¡Oh siervo de Dios! Levántate y que Dios te permita regresar junto a tu familia pues, en verdad Él no ve con buenos ojos que estés sentado en mi puerta y yo tampoco te lo permito.”

Muslim respondió:

“¡Oh sierva de Dios! No tengo en esta ciudad casa ni familia. ¿No quieres hacer una buena obra y obtener una gran recompensa? Yo te lo compensaré en el futuro.”

Tau’a le dijo: “¿Pero quién eres tú? ¿De dónde has venido y qué haces aquí?”

Muslim respondió: “Soy Muslim ibn Aqíl. Los habitantes de Kúfa me han engañado y mentido. Me invitaron a venir a esta ciudad pero luego me han abandonado.”

Tau’a dijo: “¿De verdad eres Muslim?” Muslim dijo: “Sí.”La valiente y misericordiosa mujer le dijo: “Entra en mi casa.” Le llevó a una habitación separada y le trajo comida y bebida, pero Muslim no tomó nada.(8) Se dedicó a rezar y a hacer súplicas, después se quedó dormido. Cuando despertó lloró desconsoladamente. Tau’a le trajo un recipiente con agua y le preguntó por la razón de su llanto. Muslim le dijo:

“He visto a Ali Amir al-Muminín, el hermano de mi padre, que me dijo:“¡Apresúrate! ¡Apresúrate!

Y creo que me dice que estoy viviendo los últimos instantes de mi vida en este mundo y los primeros de mi otra vida.”(9)

Por la mañana, la casa estaba rodeada por gente armada, pues Ibn Ziyad, cuando fue informado de donde se encontraba Muslim, ordenó que fueran a detenerle.(10)

Cuando el noble Muslim escuchó el ruido de enemigos armados, abandonó la casa rápidamente. Inmediatamente se produjo un fuerte enfrentamiento entre él y los soldados de Ibn Ziyad. Uno de ellos cortó el labio superior de Muslim con un golpe de su espada y con otro le rompió la mandíbula y los dientes. Desde lo alto de los tejados le lanzaban pesadas piedras y cañas encendidas, hasta que, por la mediación de Muhammad ibn Azh’az, fue hecho prisionero.(11)

El noble Muslim estaba muy sediento. Tan torturado por el agua estaba que pidió que le diesen de beber y le trajeron un recipiente con agua. Cuando quiso beber el agua se llenó de la sangre que manaba de su boca. Tres veces le cambiaron el agua pero cada vez el agua se impurificaba de la sangre que manaba de su herida y, como no se puede beber un agua impurificada de sangre, Muslim, a pesar del duro trance en el que se encontraba, optó por el respeto de las leyes de Dios.

Derramó el agua sobre la tierra y dijo:

“¡Alabado sea Dios! Si hubiera sido parte de mi provisión decretada habría podido beberla. Es evidente que la parte de este mundo que tenía decretada ha concluido.”(12)

Después, dijo a Muhammad ibn Ash’az: “¿Puedes hacer algo bueno. Envía a alguien para que avise a Imam Huseyn (a.s.). Creo que él se dirige hacia aquí con su querida familia. Decid al Imam Huseyn que estas gentes han roto el pacto de fidelidad que tenían conmigo y que he caído preso de ellos. Que mi padre y mi madre sean sacrificados por ti ¡Regresa! Estas son las gentes que le hicieron a tu padre Amir al-Muminín perder la esperanza.”

Después de eso le llevaron ante Ibn Ziyad. Ibn Ziyad, con una absoluta falta de respeto, comenzó a injuriarle y a injuriar al Señor de los Mártires, a Amiral-Muminín y a Aqíl, el padre de Muslim.

Muslim, por su parte, hizo a Umar ibn Sa’ad la misma petición que había hecho a Muhammad ibn As’az. Desde luego, añadiendo dos cuestiones. Una, que, tras su muerte, vendiese su armadura pues tenía una deuda que pagar en aquella ciudad. Le pidió que con el dinero de su armadura cubriese aquella deuda. También le pidió que reclamase su cuerpo a Ibn Ziyad y lo enterrase en un lugar apropiado y que avisase a Imam Huseyn (a.s.) de que no viniese a Kúfa y diese media vuelta.(13)

Un momento después, Ibn Ziyad ordenó que llevasen a Muslim a lo alto del edificio y le cortasen la cabeza. Cuando el noble Muslim estuvo en lo alto del edificio exclamó:

“¡Allahu Akbar! ¡Dios es más grande!”Con ello, estaba diciendo que, ante él, solamente Dios era importante y que no concedía valor alguno a aquel gobierno demoniaco ni a aquellas gentes que habían sido seducidas por las fuerzas del mal. Después de pedir el perdón de Dios y enviar saludos y bendiciones al Mensajero de Dios, dijo:

“¡Oh Dios! ¡Juzga entre nosotros y el pueblo que nos engañó, nos mintió y nos abandonó!” Después de eso, mientras mencionaba el nombre de Dios, cortaron su bendita cabeza y arrojaron su cuerpo desde lo alto del edificio.

Notas

1- Abdellah Mámaqání, Tanqih al-Maqál, t. III, p. 217-212.

2- Sheyj Sadúq,Amálí, p. 111, reunión 27, hadíz 3; y también Maylesí,Bihar al-Anwár,t. XXII,p. 288, hadiz 58.

3- Ibn Shahróshub,Manáqib Ale Abi Tálib, t. III, p. 197 (La guerra de Siffín); Seyed Jú’í, Mu’yam riyál al-hadíz, t. XIX, p. 165, nº 12362.

4- Abu l-Farach Isfahaní,Maqátil at-tálibiin, p. 52; Yúsí,Tadkirah ul-Jawás, t. II, p.177, cap. 9;Ibn Sabág,Fusúl al-Mahmah, t. II, p.847; Ibn Qutaibah,Al-Ma’aref, p. 204.

5- Ibn Qutaibah, Al-Ma’aref, p. 204; Baládurí, Ansáb al-Ashráf, t. II, p. 328. En estas dos obras no se menciona el martirio de estos dos jóvenes en Karbalá, pero en algunos libros de historia y relatos épicos de la matanza de Ashurá se recoge lo siguiente:1º. Abdellah era hijo de Muslim y su madre era Ruqaiah hija de Emir al-Muminín. 2º. Muhammad era hijo de Muslim y de Umm Walad. Cfr. Abu l-Farach Isfahaní, Maqátil at-tálibiin, p.62; Maylesí,Bihar al-Anwár,t. XLII, p.93, cap.120;Sheyj Abbás Qommí,Muntahá al-Ámál, t. II, p. 743;Tadkirat ul-Jawás, t. II, p. 1718; At-Tabarí,Tarij, t. IV, p. 381. Es necesario mencionar que Sheyj Abbás Qommí en su investigación sobre los hijos de Muslim en la obra Muntahá al-Ámál dice, en el tomo III, p. 743 : “No he encontrado en sitio alguno el número exacto de los hijos de Muslim, pero lo que he encontrado es el nombre de cinco de ellos: Abdellah ibn Muslim que fue el primero de los hijos de Abu Tálib en ser martirizado en Karbalá después de Ali Akbar. Su madre era Ruqaiah hija de Emir al-Muminín; Muhammad ibn Muslim, su madre fue Umm Walad y fue el segundo en morir mártir en Karbalá tras su hermano Abdellah. Otros dos hijos de Muslim fueron Muhammad e Ibrahim hijos de una hija de Yafar Tayyár,que murieron martirizados después de la matanza de Karbalá. El quinto de sus hijos tenía trece años y, según relató Ibn A’zam Kúfí, estuvo presente junto a la hija del Imam  Huseyn en Karbalá.

6- Sheyj Al-Mufíd,Kitab al-Irshad, t. II, p. 21; Cfr. Maylesí,Bihar al-Anwár,t. XLIV, p. 334,cap. 37.

7- Tau’a era una esclava liberada de Ash’az que se había casado con Asíd Hadramí y había tenido con él un hijo de nombre Bilál. Tau’a estaba esperando el regreso de su hijo y por esa razón estaba en la puerta de su casa. Abdellah ibn Ziyad supo donde se encontraba Muslim porque Bilál le informó de ello. Cfr. Sheyj Abbás Qommí, Muntahá al-Amál, t. II, p. 729.

8- Abu Mihnaf, Maqtal al-Huseyn, p. 51.

9- Sheyj Abbás Qommí,Nafs ul-Mahmúm, p. 46

10- Ibn Numán Hillí,Mazír al-Ihsán, p. 34; Seyed Ibn Tábús,Malhúf ‘ala qatlí al-tufuf, p. 54.

11- Abu Mihnaf,Maqtal al-Huseyn(a.s.), p.149; Sheyj Mufíd,Kitáb al-Irshad, t. II, p.58-57; Abul-Farach Isfahání,Maqtal at-talibiín, p. 70-69; Sheyj Abbás Qommí,Muntahá al-Ámál, t. II, p.735-733; Tabarí,Tárij, t. IV. p. 280-279; Baládurí,Yuml min Ansáb al-Ashráf, t. II, p.339; Baládurí,Ansáb al-Ashráf, t. II, p. 81

12- Abu Mihnaf,Maqtal al-Huseyn(a.s.), p.52; Sheyj Mufíd,Kitáb al-Irshád, t. II, p.61-60; Abul-Farach Isfahání,Maqtal at-Talibiín, p. 70; Seyed Mohsen Amín,Lawá’ich al-Ashyán, p.49-48.

13-Waqiat al-Taf, p. 136 y 138; Abu Mihnaf,Maqtal al-Huseyn (a.s.),p. 50 y 53; Sheyj Mufid,Kitáb al-Irshád, t. II, p. 61-59; Abu l-Farach Isfahání,Maqtal at-Tálibiín, p. 71-70; Seyed MohsenAmín,Lawá’ich al-Ashyán, p. 51-48; Sheyj Abbás Qommí,Muntaha al-Ámál, t. II, p. 738-735;Dínawarí,Ajbar at-Tuwál, p. 242-241; Tabari,Táríj, t. IV, p. 282-280; Ahmad ibn Azám,Al-Futúh,t. V, p.103-97.

14- Abu Mihnaf, Maqtal al-Huseyn (a.s.),p. 55; Sheyj Mufid, Kitáb al-Irshád, t. II, p. 63; Seyed IbnTáwuus,Malhúf ‘ala qatli al-Tafúf, p. 122; Seyed Mohsen Amín,Lawá’ich al-Ashyán, p. 51; SheyjAbbás Qommí,Muntaha al-Ámál, t. II, p. 740-739; Tabari,Táríj, t. IV, p. 283

Fuente: Shafaqna