Maryam Martínez es una musulmana en Europa y el miembro de la comunidad shiíta de España.
En una entrevista exclusiva con Shafaqna, María explica sobre el Islam en España.
Por favor presente para nuestros lectores.
María: Mi nombre es María, nacida en Barcelona, España, en una familia numerosa compuesta por cuatro hermanos y 4 hermanas. Mi familia, como tantas otras era de origen humilde y trabajadora. Así que nos tuvieron que enviar a un internado de monjas de Jesús María, donde pudimos educarnos y sobrevivir a la pobreza de la época. Mi educación fue buena y gracias a esto pude continuar estudios universitarios en Psicología y Derecho. Aunque nunca me licencie pues combinar el trabajo con los estudios y sin ningún apoyo me fue muy complicado. Pues a los 17 ya estaba sola sin ningún apoyo y sin padres frente al mundo.
Si algo tengo es que soy perseverante, cabezota, curiosa y una buscadora de mi misma. Mi fe en un ser superior que nos protege, y nos cuida estuvo en mi corazón desde mi más tierna infancia aunque nadie me conto nada. Tras muchos vaivenes de la vida y aceptar el Islam, Allah hizo que me encontrase y que nuestros caminos se cruzasen; y así es como conocí a plena luz del día y durante mis horas de trabajo, a quien es, ha sido y será mi compañero, amigo y esposo. El nació en Kuwait, aunque su familia es de Irak, de Najaf y Bagdad. Nos casamos en Alemania con un sheij Iraní. Construimos una familia, y cuando nuestros tres hijos eran aún pequeños decidimos emigrar para poder educarles y formarles en los valores del Islam. Esto por otra parte era una tarea imposible de realizar en Barcelona.
Acabamos residiendo en Gales, pues aquí reside parte de la familia de mi esposo. Cosa que es importante para nosotros poder compartir y apoyarnos los unos en los otros. Cuenta con una comunidad chiita y es un sitio tranquilo, donde encuentras gente de todas partes que son amables y educadas.
Hoy mis hijos son unos adolescentes. Mi hija mayor actualmente está ya en la universidad y este septiembre le seguirá su hermana mientras que mi hijo ingresara el próximo año. Aparte de formarse en sus estudios también se forman como creyentes y buenas personas. Tal vez esperamos que puedan viajar y estudiar el islam en un futuro cercano si así lo desean.
¿Cuándo y cómo conoció el islam?
María: Mi primer encuentro con el islam se aconteció en la primavera del año 1976. Solía pararme en un kiosco a ojear los periódicos; y esa mañana, llamó curiosamente mi atención una fotografía en la que aparecía un hombre con barba y turbante negro, al cual le habían añadido unos cuernos como si se tratara del mismísimo demonio!
En ese tiempo yo vivía en una residencia con monjas en el centro de Barcelona. He de decir que ellas me cuidaron y me dieron una muy buena educación por lo cual siempre les estaré agradecida. A mi regreso al finalizar mis clases, seguía en mi mente esa imagen. Así que le pregunte a la religiosa que más he querido y admirado, que me enseñó a ver el mundo con criterio propio, a luchar por lo que es verdaderamente importante y que incrementó no solo mi curiosidad sino también la confianza en mí misma. Ella, Luz María, fue una gran persona y maestra; un punto de referencia en mi vida, alguien con quien solía hablar y consultar acerca de lo que me interesaba o preocupaba. Tras preguntarle sobre quién era el hombre con turbante, ella respondió que se trataba de un dirigente religioso perteneciente a una minoría islámica conocida como chiitas a los que mataban por todo el mundo. Y me dijo que buscara información si quería saber más incrementando así mi curiosidad.
Y fue de esta manera que leí sucintamente acerca de la revolución islámica en Irán y lo que descubrí me impacto profundamente. Pues no lograba entender cómo podía ser que un artículo periodístico presentase como un auténtico “demonio” a un hombre culto, creyente, piadoso, -sin ningún deseo por el poder el lujo o el dinero. Un religioso que unió a todo un pueblo para que se alzase en contra de la opresión y por la justicia. Que fue recibido por todo un pueblo con lágrimas! Y lo realmente más increíble y que nadie comentada, fue que todo este suceso paso sin necesidad del empleo de la violencia, sin necesidad de disparar una sola bala!
Este sería por así decirlo mi primer encuentro con el islam, que fue gracias a mi primer encuentro con el Ayatollah Ruhollah Jomeini. Pero como en ese tiempo no había internet no pude encontrar mayor información hasta tiempo más tarde.
¿Cómo se convirtió al Islam?
María: Tras una década, y tras diversos acontecimientos que me condujeron a una crisis existencial, en la que literalmente el desengaño, el sinsentido y el vacio inundaban mi alma agonizante. Me convencí que la fe cristiana no respondía a mis dudas existenciales ni a mis necesidades espirituales. Que se basaba en el dogma y que había olvidado la espiritualidad la cual ya no se practicaba. A Dios solo se le recordaba en la misa de los domingos.
He de aclarar que en mi renuncia a la Iglesia nunca estuvo incluido ni Dios ni mi fe en Él. Desde que tengo memoria he creído en la existencia de alguien superior a nosotros, a quien se le pueda suplicar y pedir ayuda. Si no fuera así, ya me habría muerto hace tiempo.
Así fue que me reencontré directamente con Él, sin intermediarios, los cuales nunca fueron de mi agrado. No me quedaba ya nada ni nadie solo Él, y le supliqué por Su ayuda. Y en esa búsqueda, distintas lecturas se fueron completando desde la poesía a la filosofía, sin lograr del todo apaciguar ese vacío. Hasta que un día estando en una librería encontré El Sagrado Corán. Lo abrí y lo primero que leí fue:
“Bismillah Ar-Rahmani Al-Rahim”
“En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordiosisimo”
Y esto me fue suficiente!
Pensé si verdaderamente existe un Dios Compasivo y Misericordiosisimo, entonces lo quiero para mí. Lo necesito urgentemente! Alguien que sea compasivo y misericordioso es imprescindible en mi vida.
Pero eso fue solo el principio, ya que a partir de ese momento todo cambio. Empecé a encontrar libros e información y más tarde con internet la cantidad y la facilidad fue aún mayor. Así que pude leer y comprar libros que definitivamente cambiarían mi estado y mi forma de vivir. La lectura del Sagrado Corán tuvo un efecto inmediato, y comprendí que la ciencia expresada en el mismo es increíble, y por lo tanto que la existencia y el plan de Dios son ciertos. Después se sucederían muchas más lecturas y reflexiones que me impactarían especialmente de forma profunda como los “Dichos, Sermones y Cartas del Imam Ali (as) -Nahjul Balagha, o los “40 Hadices” del Imam Jomeini, donde descubrí su faceta mística y por quien guardo no solo admiración y respeto sino que su sola su imagen me conmueve.
Me di cuenta que el Islam a diferencia del cristianismo no se basa en el dogma sino en la lógica y el conocimiento. Que el Islam te invita al conocimiento y que la fe se gana a través del conocimiento y la lógica y no del dogma. Y esto verdaderamente me encantó. Pues podía preguntar y buscar por las respuestas cosas impensable y que no podía hacer antes.
¿Qué es lo que obtuvo al convertirse y que perdió?
María: Así en general diré que perdí todo lo negativo y lo peor de mi vida. Y que gané la tranquilidad de saber que este mundo de sufrimiento y de pocas alegrías, es solo de paso, que la otra vida existe y nos está esperando.
De manera particular diré que perdí el MIEDO!
Antes sufría y tenía miedo a casi todo; miedo a ser ignorante, a no saber quién soy, a ser diferente, a no ser querida, a no tener familia, amigas, a no tener casa, a perder el trabajo, a no saber qué hacer, a no casarme. Hoy puedo decir que nada echo de menos y que si de algo me arrepiento es de no haber sabido antes del Islam, pues ello me habría seguramente evitado sufrimiento y desesperación.
Y si algo he obtenido es Su misericordia divina pues ha sido ésta, que sin ninguna duda, me ha guiado hasta aquí, a amar y a ser mejor de lo que era. Así a pesar que detallar una lista sería un asunto interminable e incompleto, voy a tratar de enumerar lo más esencial.
Empezaré diciendo que recobré el amor, al amigo, la espiritualidad perdida y la tranquilidad relativa del alma. Que gracias a Allah (swt), quien guía a quien se lo pide, he tenido la oportunidad de conocer el verdadero islam, a su último Profeta (saw) y su amada familia, Ahlul Bayt. Solo con esto sería ya suficiente, pues el amor por su familia nació en mí sin esfuerzo y naturalmente. Me fue suficiente conocerles y reconocerles como los excelentes ejemplos vivos de las mayores virtudes humanas. El amor por Fátima Zahra (as) ejemplo vivo de hija, esposa y madre. Del Imam Ali (as) serian vanas mis palabras, y su bendita descendencia; todos ellos son ejemplos vivos del Sagrado Corán. Con ellos he aprendido y me han ayudado, y me ayudan en mi vida, en la forma de cómo ser y comportarme en mi rol de esposa, madre, en la educación de mis hijos, como amiga, vecina y ciudadana del mundo. Si también el islam me ha hecho sentir y pasar a formar parte de una mayor comunidad de creyentes. De reconocer a las personas por lo que hacen y no lo que dicen. De no esperar de nadie solo de Él. He comprendido que Allah (swt) no tiene necesidad de nosotros, sino que somos nosotros quienes le necesitamos y desesperamos por su misericordia y guía. Tenemos al mejor creador, sabio, justo, fuerte y misericordioso que se pueda llegar a desear, para poder servirle y pedirle ayuda. Pues Él no sólo nos creo, sustenta y guía sino que sus planes son magníficos. Así que nos es suficiente creer en Él, para seguir nuestra personal yihad y suplicar por la aparición de nuestro querido y presente Imam Al- Zaman (as) –que Allah (swt) apresure su llegada.
A pesar de mi insuficiente conocimiento, puedo decir que el Islam no es solo una doctrina sino que es un todo que cuando lo conoces, sin saber la razón como algo innato, te toca lo más profundo de tu corazón de tal forma que te transforma y pule como a un diamante, y así ya nunca puedes separarte de él. Puedo asegurar que esto es lo que me ha pasado a mí con el Islam; una vez conocido ya no puedes dejarlo!
Mi conversión al Islam ha afectado toda mi vida y mi ser. Mi convicción y mis fuerzas han aumentado. Mi visión sobre la verdad y la justicia cambio, así como el de la sociedad y el mundo. Mi compromiso e interés aumento y me di cuenta que debía de tener un rol más activo por la lucha de una sociedad más justa. Además afectó mi forma de entender y actuar en mi vida diaria.
El islam ha afianzado la certeza de saber que este mundo no es el final sino un lugar de pruebas de las que dependerá nuestra estancia en el otro mundo. Que conocerse uno mismo es conocer al Único Dios. Saber que es Él quien nos creo, nos guía, protege y colma de bendiciones. Que dependemos completamente de Él y de su misericordia.
¿Qué opinión tiene sobre los puntos comunes entre el islam y el cristianismo?
María: Creo que ambas religiones comparten el mismo esqueleto en cuanto a lo que podríamos llamar las enseñanzas morales o éticas. Por ejemplo amar al otro como a ti mismo, y otras pero ambas se distancian en muchos otros sentidos. Por ejemplo, en el islam no es necesario la intervención del cura para pedir perdón por los pecados cometidos, mientras que en el cristianismo has de relatarlos a otra persona que no deja de ser igual que tú y que ciertamente puede resultar bastante incómodo.
¿Cómo estas dos religiones pueden contribuir a la paz mundial?
María: Esta es una cuestión un tanto difícil de contestar pues creo que para que la paz reine a nivel mundial es un proceso largo que depende de muchos factores a tener en cuenta. Por ejemplo, es necesario primero que impere la justicia y la verdad, y se acabe con los privilegios de una minoría a favor de la mayoría. Para ello necesitaríamos que la inmensa mayoría adquiriera conocimiento y conciencia del otro y cambiar todas las estructuras y sistemas tanto políticos, judiciales, educativos, sanitarios, etc. Todos somos seres humanos con iguales derechos y obligaciones y deberíamos de disfrutar de igualdad de oportunidades.
En conclusión, solo el verdadero Islam puede contribuir a la paz mundial. Puesto que aceptar el Islam tiene unos efectos inmediatos no solo en las personas con respecto a su relación con Dios y el prójimo sino con toda la sociedad. El islam bien entendido y aceptado afecta no solo al individuo sino a todo el conjunto de la sociedad, a todas sus estructuras sean están sociales, políticas, económicas, educativas, sanitarias, etc. La pretendida separación entre fe y gobierno que los gobiernos occidentales pretenden imponer en las sociedades islámicas es falsa. Ya que la forma de gobierno no está separada de la fe, sino que el tener fe supone la instauración de una forma justa de gobierno y de distribución de la riqueza.
¿Cuál es su actitud actual sobre los dictámenes islámicos acerca del Salat, el ayuno, el hijab etc.?
María: Como en todas las sociedades y también en las religiones existen unas reglas a seguir. Por lo tanto es lógico y normal que el Islam contenga reglas basadas en los dictámenes Divinos. Es decir que los llamados “dictámenes islámicos” están basados en los dictámenes divinos expresados en el Sagrado Corán.
Y mi actitud frente a ellos es simple y llanamente de sincera sumisión. Pues personalmente considero vergonzoso y una falta de respeto el tomar por propia decisión lo que me interese y desechar el resto. Aclaro para evitar malos entendidos, lo que deseo expresar es que para mí sería incomprensible y vergonzoso no intentar cumplir con los mandamientos de Allah (swt) pero por otro lado aceptar y pedirle por su ayuda y bendiciones, mientras no le obedezco. Ya sabemos que nunca podremos agradecerle como se merece, por lo tanto al menos hemos de intentar de obedecer sus mandamientos, que por otro lado nos benefician a nosotros mismos. Por ejemplo, el Salat nos purifica, nos fortalece y cura. Espero poder llegar algún día a comprender y vivir la felicidad del Salat.
De los beneficios del ayuno creo que todo el mundo los sabe, ya que han sido enumerados por distintos profesionales médicos aunque no solo se limitan al cuerpo sino que sus efectos afectan también al alma.
En cuanto al hijab, se hace necesario leer y escuchar los dictámenes de los sabios en cuanto la obligación de llevarlo. Para mí al principio no entendía porque debía de cubrirme, ya que existe un dicho que dice: “el hábito no hace al monje” y pensaba que ciertamente no se es mejor persona por ir tapada. Tonta de mi! pues ciertamente no se si se es mejor persona pero hoy se que si se es mas obediente!
Pues al igual que en los otros casos comentados, no es una opción el llevarlo o no, es simplemente un mandamiento que una libremente decide obedecer o no. Y por tanto mi decisión fue firme y convencida de corazón. No quiero decir que fue fácil, no pero te hace madurar y te colma de bendiciones. Y hoy forma parte de mí y me gusta pues me mantiene consciente y apartada de las banalidades.
Fuente: es.shafaqna.com