Lo que sigue es parte del libro La tragedia de Imam Husain Del libro “Kitab al Irshad” escrito por Sheij Al-Mufid .
Los habitantes de Qufah supieron de la muerte de Mu’awiyya, que el fondo del Infierno sea su morada, y difundieron rumores acerca de Yazid. Ellos también llegaron a conocer las noticias de la negativa de Al-Husain (AS) a hacer el juramentode alianza a Yazid así como la actitud que Ibn Al-Zubayr había tenido, y cómo ambos habían partido para Meca. Los shi’as de Qufah se congregaron en casa de Sulayman ibn Surad Al-Juza’i en donde ellos discutieron acerca de la muertede Mu’awiya y alabaron y glorificaron a Dios por ello.
– Mu’awiyya está muerto -anunció Sulayman ibn Surad-. Al-Husain se ha abstenido de dar su juramento de fidelidad ala gente (es decir, a los Omeyas) y se ha ido a Meca. Vosotros sois sus shi’as y los shi’as de su padre. Si vosotros sabéis en vuestros corazones que lo apoyaréis y lucharéis contra su enemigo, y que nuestras vidas serán dadas porsu causa, entonces escribidle y decídselo. Pero si teméis el fracaso y la debilidad, no tentéis al hombre a que arries-gue su propia vida.
– No, -declararon ellos-, ciertamente nosotros combatiremosa su enemigo y nuestras vidas serán entregadas por sucausa.
– Entonces escribidle
-les dijo él-.Ellos le escribieron:“En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordio-so.
A Al-Husain ibn ‘Ali, la paz sea con él:
De Sulayman ibn Surad, Al-Musayyib ibn Nayaba, Rifa’a ibn Haddad Al-Bayali, Habib ibn Muzahir, ylos creyentes y musulmanes de sus shi’as entre los habitantes de Qufah.
Saludos, alabamos a Dios ante ti, y declaramos que aparte de Él no hay otra deidad. Alabado sea Dios el Cual destruyó a tu enemigo, el tirano obstinado que seimpuso sobre esta comunidad, la despojó de su autoridad, saqueó su botín para distribución y tomó control de ella sin su consentimiento. Luego mató a los miembros elegidos de ella y preservó a sus miembros malvados. Él hizo de la propiedad de Dios un estado dividido entre sus tiranos y ricos. Él fue destruido como Thamud fue destruido.
Ahora no hay Imam sobre nosotros. Por lo tanto ven; para que, por medio tuyo, Dios nos una bajo la verdad. An-Nu’man ibn Bashir está en el palacio de gobierno y nosotros no nos reunimos con él para la oración del viernes. No lo acompañamos fuera de la mezquita para el servicio del ‘Id (fiesta). Si sabemos quetú vendrás a nosotros, nosotros lo expulsaremos persiguiéndolo hasta Siria, si Dios Todopoderoso quiere”.
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Despacharon la carta con Abdullah ibn Musma’ (1) Al-Hamdaniy con Abdullah ibn Walin. Les ordenaron que fueran de prisa. Ellos se apresuraron y llegaron a Meca a ver a Al-Husain (AS) el día 10 de Ramadan. Dos días después de enviarlos conla carta, enviaron a Qays ibn Mushir As-Saydawi y a Abdullahy Abderrahman -los dos hijos de Shaddad Al-Arhabi (2)- y ‘Umara ibn Abdillah (3) As-Saluli a ver a Al-Husain (AS). Ellos llevaban consigo cerca de 150 cartas (4), algunas escritas por, un hombre individualmente, otras por grupos de dos y cuatro. (Los habitantes de Qufah) dejaron pasar otros dos días yentonces enviaron a Hani’ ibn Hani’ AsSabi’i y a Sa’id ibnAbdillah Al-Hanafi con otra carta en la que ellos habían escrito:
“En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordioso.
A Husain ibn ‘Ali (AS) de parte de los creyentes y musulmanes de sus shi’as:
Apresúrate. Las gentes están esperándote. Ellos no tienen opinión de hombre alguno excepto tú.
Por lo tanto, ¡apresúrate y apresúrate¡ Y luego, otravez, ¡apresúrate! Saludos”.
Con todos los mensajes reunidos ante él, leyó las cartas y les preguntó a los mensajeros acerca de las gentes. Entonces escribió una respuesta y la envió con Hani’ ibn Hani’ AsSabi’i y Sa’id ibn Abdillah Al-Hanafi, los cuales eran los dos últimos mensajeros:
“En el nombre de Dios, el Compasivo, el Misericordio-so.
De Husain ibn ‘Ali, a los líderes de los creyentes y los musulmanes:
Hani’ y Sa’id me han traído vuestras cartas; ellos son los últimos dos mensajeros que han venido a mí. Yo he entendido todo lo que habéis descrito y mencionado. El principal argumento de vuestros grandes hombreses: ‘No hay un Imam sobre nosotros. Por lo tanto ven; y que por medio tuyo Dios nos una bajo la Verdad y la Guía’.
Yo os envío a mi hermano, Muslim ibn ‘Aqil, el cual esmi primo y mi primo y mi digno y confiable representante de mi Familia. Si él me escribe que la opinión devuestros líderes y los hombres de sabiduría y méritoentre vosotros está unida de la misma manera como melo han descrito los mensajeros que han venido a mi ycomo lo leo en vuestras cartas, yo acudiré a vosotrosde prisa, si dios quiere. Porque, por mi vida, ¿qué esun Imam sino alguien que juzga por medio del Libro, alguien que mantiene la justicia, alguien que profesa la religión de la Verdad, y uno que se dedica a la esencia de Dios?. Saludos”.
Al-Husain (AS) mandó llamar a Muslim ibn ‘Aqil y lo despachó con Aqys ibn Mushir As-Saydawi y ¿Umara ibn Abdillah As-Saluli y Abdullah y Abderrahman, los hijos de Shaddad Al-Arhabi. Le ordenó que tuviese temor de Dios y que ocultasesu asunto, y que actuase de manera bondadosa. Si él veíaque las gentes estaban unidas y habían decidido ponerse deacuerdo, debería informarlo rápidamente.
Muslim, que Dios tenga piedad de él, partió y llegó a Medina. Allí rezó en la mezquita del Mensajero de Dios (PBUH) y se despidió de los miembros más queridos de su familia. Luego contrató dos guías. Estos dos partieron con él, pero se equivocaron en el camino y se perdieron. Ambos se vieron afligidos de sed severa y no fueron capaces de continuar el viaje. Ellos le indicaron el camino después que lo volvieron a encontrar. Muslim siguió solo el camino y los dos guías murieron de sed. Muslim ibn ‘Aqil, que Dios tenga piedad de él, escribió una carta desde el lugar conocido como Al-Madiq y la envió con Qays ibn Mushir:
“Partí de Medina con dos guías y ellos se equivocaron de camino y se perdieron. Ambos fueron vencidospor la sed y pronto murieron. Pero nosotros seguimos caminando hasta que dimos con agua. Nos salvamosen el último momento de nuestras vidas. El agua estáen un lugar llamado Al-Madiq en un valle bajo. Hetomado esto como un mal augurio para mi misión. Si túlo consideras así, podrías relevarme y enviar a otro enmi lugar”.
Al-Husain (AS) escribió en contestación:
“Me temo que tu urgencia, en tu carta, de que te relevede la tarea a la que te envié sea sólo cobardía. Así que sigue con la misión que te encomendé. Saludos”.
Muslim leyó la carta y dijo: “No es por mí por quien terno”.
Así que continuó una vez más hasta que llegó a un pozo perteneciente a la tribu de Tayyi’. Pasó allí la noche y cuando partía vio a un hombre cazando. Lo vio dispararle a un ciervo que apareció, matándolo. Muslim dijo: “Así mataremos anuestros enemigos, si Dios quiere”.
Siguió hasta entrar a Qufah. Allí se alojó en la casa de Al-Mujtar ibn Abu ‘Ubayda, la cual es llamada hoy la casa de Muslim ibn Al-Musayyib. Los shi’as empezaron a acudir regularmente para verlo. Cada vez que un grupo de ellos sereunían con él, Muslim les leía la carta de Al-Husain (AS) yellos lloraban. La gente le juró fidelidad a él, en representa-ción de Al-Husain (AS) de manera tal que 18.000 hombres le hicieron el juramento de alianza. Así que Muslim le escribió a Al-Husain (AS) informándole del pacto de fidelidad de los 18.000 y urgiéndole a que viniera.
Los shi’as empezaron a visitar a Muslim ibn ‘Aqil tan frecuentemente que su lugar de residencia se volvió bien conocido. An-Nu’man ibn Bashir, que había sido gobernador de Qufah en tiempos de Mu’awiyya y había sido confirmado ensu puesto por Yazid, supo acerca de Muslim. Él subió al púlpito y después de alabar a Dios dijo:
“Siervos de Dios, temed a Dios y no os apresuréis a la rebelión y la discordia, ya que en eso los hombres serán destruidos, la sangre será derramada, y las propiedades serán arruinadas. Yo no combato a quien nome combata, ni molesto a aquellos que permanezcan tranquilos. Yo no os opongo, ni tengo aprensión devosotros meramente sobre bases de sospecha, acusación o de oídas. Sin embargo, si vosotros me dais la espalda, violáis vuestro juramento de fidelidad, y osoponéis a vuestro Imam (5), ¡por Dios!, aparte del Cual no hay deidad alguna, yo os golpearé con mi espadaen tanto que la empuñadura esté en mi mano, aun cuando yo no tuviera a ninguno de vosotros para ayudarme. Sin embargo espero que aquellos de entre vosotros que conocen la verdad sean más numerosos que aquellos a quienes los destruirá la falsedad”.
Abdullah ibn Rabi’a (6) Al-Hadrami, un aliado de los Bani Omeya, se paró ante él y dijo:
– ¡Oh gobernador!, lo que tú ves sólo puede ser tratado adecuadamente por medio de la violencia; ya que la opinión que sostienes acerca de lo que ha de hacerse entre túy tu enemigo es la de un débil.
– Prefiero ser uno de los débiles pero permaneciendo obediente a Dios que ser uno de los poderosos pero estando al mismo tiempo en rebelión contra Dios, -respondió An-Nu’man-.
Entonces descendió del púlpito.
Abdullah salió y escribió la siguiente carta a Yazid ibn Mu’awiyya:
“Muslim ibn ‘Aqil ha venido a Qufah y los shi’as lehan jurado fidelidad a Al-Husain ibn ‘Ali ibn Abu Talib (AS) a través de él. Si tienes necesidad de Qufah, entonces envíale un hombre fuerte que ejecute tus órdenes y actúe de la misma manera como tú lo harías contra tu enemigo. An-Nu’man ibn Bashir es un hombredébil, o está actuando como un tal”.
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‘Umara ibn ‘Uqba le escribió de manera similar, como lo hizo ‘Umar ibn Sa’d ibn Abu Waqqas. Cuando las cartas llegaron a Yazid, él mandó llamar a Saryun, un dependiente de Mu’awiya y le preguntó:
– ¿Cuál es tu opinión acerca del hecho de que Husain haya enviado a Muslim ibn ‘Aqil a Qufah para recibir juramentos de alianza en su representación? También he sabido, que Nu’man es débil, y recibí otros reportes malos acercade él. ¿A quién crees que yo debería nombrar como gobernador de Qufah?
Ahora bien, Yazid estaba enojado con ‘Ubaydullah ibn Ziyad, así que Saryun le contestó:
– ¿Que crees. Si Mu’awiyya estuviese vivo y te aconsejara, tomarlas su consejo?
– Sí, -respondió él-.
Saryun sacó una carta de nombramiento para ‘Ubaydullah ibn Ziyad como gobernador de Qufah, y dijo:
– Este es el consejo de Mu’awiyya, lo que él ordenó antesde morir. Así que pon juntas las dos ciudades de Basorah y Qufah bajo la autoridad de ‘Ubaydullah.
– Eso haré -replicó Yazid-, 1e enviaré a ‘Ubaydullah ibnZiyad la carta de autoridad que mi padre escribió para él.
Después de esto, mandó llamar a Muslim ibn ‘Amr Al-Bahili y lo envió a ‘Ubaydullah con la siguiente carta:
“Mis seguidores de entre las gentes de Qufah me haninformado que Ibn ‘Aqil está allí reuniendo unidades para extender la rebelión contra los musulmanes. Porlo tanto, cuando leas esta carta mía, vé a Qufah y busca a Ibn ‘Aqil, como si estuvieras buscando una cuenta de un collar, hasta que lo encuentres. Entonces, encadénalo, y mátalo o mándala al exilio. Saludos”.
De esta manera le dio la autoridad sobre Qufah. Muslim ibn ‘Amr fue a Basorah a ver a ‘Ubaydullah y le llevó la autorización y la carta. ‘Ubaydullah ordenó que se hicieran los preparativos inmediatamente para partir al día siguiente hacia Qufah. Salió de Basorah después de dejar como su suplente a su hermano ‘Uthman. Llevó consigo a Muslim ibn ‘Amr, Sharik ibn Al-A’war Al-Harithi, junto con su comitiva y su familia.
Cuando él llegó a Qufah, llevaba puesto un turbante negro eiba cubierto con un velo. Las noticias de la llegada de Al-Husain habían llegado a las gentes y ellos esperaban su llegada. Cuando vieron a ‘Ubaydullah, pensaron que era Al-Husain. Él (‘Ubaydullah) no pasaba por grupo alguno degentes sin que lo saludaran. Ellos cantaban: “Bienvenido, hijo del Mensajero de Dios, tu llegada es un evento feliz”.
Vio en su bienvenida a Al-Husain algo que lo preocupó mucho. Muslim ibn ‘Amr dijo, cuando su número se había vuelto tan grande que los hacia demorarse en llegar: “Este es elgobernador, ‘Ubaydullah ibn Ziyad”.
Siguió así, de manera que se acercó al palacio del gobernador en la noche. Con él iba todavía una gran multitud que sehabía reunido alrededor suyo y que no dudaban que él era Al-Husain. An-Nu’man ibn Bashir había cerrado bien el palacio contra él (creyendo que era Al-Husain) y su comitiva. Uno de los que estaban con él llamó para que les abrieran lapuerta. Pero An-Nu’man, creyendo todavía que se trataba de Al-Husain, subió al balcón y gritó desde allí: “Invoco a Diosante ti, a menos que te apartes de mí. ¡Por Dios!, yo no teentregaré mi puesto pero no tengo deseo de pelear contra ti”.
Ibn Ziyad no le respondió, pero se acercó más mientras An-Nu’man se asomaba recargado en el balcón del palacio. Entonces él (‘Ubaydullah) empezó a decir: “¡Abre!, todavía nohas abierto, y ya tuviste una noche muy larga en la que dormiste en vez de gobernar” (7).
Un hombre detrás de él oyó esto y se retiró hacia la gente de Qufah que habían seguido a Ibn Ziyad creyéndolo que era Al-Husain. Él dijo: “¡Oh gentes!, es Ibn Muryana (8), por Aquél aparte del Cual no hay otra deidad”. An-Nu’man abrió la puerta para él y ‘Ubaydullah entró. Ellos le cerraron la puerta en las narices a las gentes y éstas se dispersaron.
En la mañana fue hecha la llamada entre las gentes:
“Assalat yami’a (la oración es una oración general que debe ser atendida por todos)”. Las gentes se reunieron y él (‘Ubaydullah) salió con ellos. Alabó y glorificó a Dios y dijo:
“El Comandante de los Creyentes (refiriéndose a Yazid, a quien Dios maldiga) me ha nombrado para encargarme de vuestra ciudad y vuestra estación fronteriza y la distribución de vuestro botín. Él me ordenó dar justicia a los oprimidos de entre vosotros, ser generoso con aquellos de vosotros que son pobres, y tratar a los obedientes de entre vosotros con generosidad como unbuen padre, pero usar el látigo y la espada contra quienes abandonen mis órdenes y se opongan a mi nombramiento. Que cada hombre se proteja a sí mismo. La verdadera fe debe declararse por si misma de parte vuestra, no por la amenaza de castigo”.
Entonces descendió, tomó por la fuerza a los líderes del grupo y a algunas de las gentes y dijo:
“Escribidme acerca de los extraños, aquellos de entrevosotros que apoyaron al Comandante de los Creyentes (o sea, ‘Ali ibn Abu Talib -P-), aquellos de entre vosotros que apoyaron a los Haruriyya (o sea, losJawariy), y a los que causan problemas y cuyos intereses son la discordia y los disturbios. Quienquiera, devosotros que nos haga estas listas estará libre de daño. Pero aquellos de vosotros que no escriban a nadie, tendrán que garantizar que no hay oponente algunoen su grupo que se oponga a nosotros ni trasgresoralguno que trate de hacernos daño. Cualquiera queno lo haga, le será negada la protección, y su sangre ysu propiedad perderán su santidad para nosotros. Cualquier líder de grupo en cuyo grupo sea halladoalguien con partidismo para el Comandante de los Creyentes que no nos haya sido reportado, será crucificado a la puerta de su casa y yo aboliré la paga deese grupo”.
Cuando Muslim ibn ‘AqiI oyó de la llegada de ‘Ubaydullah a Qufah, del discurso que él dio y de su tratamiento a los jefes de grupo y otras gentes, dejó la casa de Al-Mujtar y se fue ala casa de Hani’ ibn ‘Urwa y entró allí para quedarse. Losshi’as empezaron a visitar secretamente la casa de Hani’ paramantenerlo oculto (a Muslim) de ‘Ubaydullah y ellos ordenaron que esto fuera mantenido en secreto.
Notas:
1-Sabu’ en At-Tabari, II, 234
2-Los dos hijos son uno en At-Tabari, II, 234.
3- ‘Ubayd en At-Tabari, II, 234.
4- Son 35 en At-Tabari, II, 234.
5- N. del T.: refiriéndose a Yazid, a quien Dios maldiga
6- In Sa’id en At-Tabari, II, 238.
7- Al-Mufid omite la narración de Ibn Al-Kalbi de la entrada de ‘Ubaydullah enQufah como es dada por At-Tabari, II, 242, y da la de ‘Umar ibn Shabba, Cf. At-Tabari, II, 243. Esto sugiere que Al-Mufid obtuvo su versión de Ibn Al-Kalbi deAt-Tabari.
8- Referencia a Ibn Ziyad por el nombre de su madre.
Fuente: es.shafaqna.com