El punto crucial que distingue a la Escuela Shiita de otras Escuelas del Islam es la creencia en el Imamato.
Debido a ello, uno de los nombres de la Escuela también es “Imamita”. También se la conoce como “Duodecimana” por la creencia en que este Imamato recae en los Doce Imames de la familia del Profeta (BPD): la Gente de la Casa o “Ahlul Bait”.
¿En qué consiste la creencia en el Imamato?
La creencia en el Imamato consiste en creer que en todo tiempo Dios establece un Imam para la Humanidad como líder, guía, modelo, punto de referencia y de consulta para los diversos asuntos de la religión y de la vida en general. La Buena Guía de la Humanidad es parte de la “sunnat” de Dios, la conducta de Dios hacia Su creación. Dice el Sagrado Corán:
“Glorifica el Nombre de tu Señor, el Altísimo, que Ha creado y establecido el equilibrio, que Ha determinado y dirigido.” (87:1 a 3)
“Luego le Ha facilitado el camino.” (80:20)
“Sin duda que lo Hemos dirigido por el camino, ya sea agradecido o ingrato.” (76:3)
La Buena Guía de la Humanidad, siendo una necesidad primaria en la gente, es algo que Dios no puede omitir ni hacer faltar. Dios no crea un sistema incompleto o imperfecto, ni lo crea en vano o por diversión. ¡Glorificado sea El, Quien está por encima de tener defectos! Entonces, no puede abandonar a la Humanidad sin darle un guía o líder de Su parte, un Imam Infalible al cual la gente pueda recurrir en sus dudas, sus dificultades, sus asuntos. Dice el Sagrado Corán:
“…Y no hay una comunidad por la cual no haya pasado un advertidor.” (35:24)
“El Día en que convoquemos a cada comunidad con sus líderes….” (17:71)
“Designamos entre ellos líderes que los encaminarán siguiendo Nuestra orden, por haber perseverado y por haber estado convencidos de Nuestros signos”. (32 : 24)
Todo grupo de personas que pretende organizarse con un fin determinado, requiere de un líder que los conduzca. Sea un grupo político, deportivo, artístico, social, cultural, militar, etc., todo grupo que pretenda realizar una tarea debe organizarse entorno a un líder conductor. Y no importa el tipo de tarea que quieran realizar, ya sea algo bueno o malo: si no tienen un líder conductor que los dirija con capacidad y aptitud para aquello que pretenden realizar, no obtendrán éxito en sus esfuerzos. Luego, si tomamos a la Humanidad en su conjunto y consideramos el objetivo de su existencia, es clara la necesidad de un líder que la conduzca, oriente y guíe. Cada líder que pretenda dirigir un grupo para un asunto debe estar adecuadamente capacitado para su función. Luego, si se trata de toda la Humanidad y el asunto es cumplir con el objetivo de su creación, tal capacitación implica tener el máximo de conocimiento, virtudes, cercanía a Dios, nobleza y jerarquía como ser humano. Es decir, debe ser Infalible.
¿Qué es la Infalibilidad?
La Infalibilidad significa que la persona en cuestión no comete faltas ni pecados ni actos de desobediencia en absoluto, ni grandes ni pequeños, ni por olvido u omisión. Significa también tener el máximo grado de virtudes conocidas y carecer de todo aquello que la gente considere un defecto o un vicio, aunque en sí no sea un acto de desobediencia a Dios. El grado de Infalibilidad es el grado del ser humano perfecto que ha alcanzado el máximo de conocimiento y desarrollo de su conciencia. Es el grado de “muhsin” (más elevado que el de creyente o “mu’min”) en el cual el hombre actúa “como si Dios lo estuviera viendo”. Su grado de conciencia es tal que para él es como si Dios estuviera delante suyo observando atentamente cada una de sus acciones. Por eso es imposible que cometa actos de desobediencia o faltas, aunque sean insignificantes. Pues él sabe con todo su ser que realmente Dios lo está viendo y este conocimiento no es algo meramente teórico, sino una conciencia permanente. Quien se sabe vigilado, controlado y observado, cuida sus actos con atención, y quien hace esto se aparta de cometer actos malos y desviados. El máximo grado de este estado de conciencia lo tienen los Infalibles, en quienes por una Merced de Dios este estado es permanente y constante. Por eso no cometen errores ni faltas, ni grandes ni pequeñas, ni por descuido, olvido o distracción. Y este estado es indispensable para ocupar el cargo del liderazgo general de la Humanidad.
¿Ser Infalible significa ser Divino?
La principal objeción realizada contra la creencia en la Infalibilidad consiste en decir que sólo Dios es Perfecto. Sin ninguna duda es así, pero los Infalibles son seres humanos perfectos, y una cosa no quita la otra. El grado de perfección humana existe, lo que no implica que el hombre perfecto sea Divino, sea Dios. Sólo Dios es Divino, con una Perfección absoluta que no dependa de nada, no necesite de nada y no mejore o progrese en nada. El hombre perfecto sigue siendo una criatura dependiente y necesitada, frágil y mortal. Y aunque sea perfecto no significa que no pueda mejorar cada día, aprender cada día algo nuevo, elevarse aún más en grados de perfección hasta su muerte. Los grados de perfección humana son infinitos.
Negar la perfección e Infalibilidad se asocia a la doctrina cristiana. ¿Cómo es esto? Pues para los cristianos, ningún ser humano es perfecto e infalible. Ellos le atribuyen a los Profetas de Dios (la Paz sea con ellos) defectos, vicios, faltas e incluso grandes pecados. Consideran que todos ellos cometieron pecados en mayor o menor grado, excepto Jesús (la Paz sea con él). De ahí que consideran que Jesús no es humano sino Divino y lo toman como a Dios encarnado. Jesús (la Paz sea con él) tenía un grado de perfección humana y de Infalibilidad, pero no por eso era Divino, sino que tenía necesidades como cualquier criatura, comía, bebía, dormía y desconocía algunas cosas. Pero sus necesidades y limitaciones humanas no le impedían ser perfecto e infalible como ser humano.
Para la Escuela Shiita, todos los Profetas son necesariamente Infalibles. Y los Imames designados por Dios para guiar a la Humanidad en su conjunto también lo son. Si se entiende la Infalibilidad del Profeta (P), se puede comprender la Infalibilidad del Imam (P).
Fuente: es.shafaqna.com