Personas racionales con ideas diferentes mantienen debates para convencerse unos a otros o llegar a puntos de vista comunes. Un ejemplo histórico de debates son los que tuvo el Profeta Ibrahim (Abraham -P-) con diferentes grupos.
Abraham (P) vivió en una época en la que la idolatría se había extendido, pero no creía en los ídolos y aprovechaba todas las oportunidades para demostrar que no tenían poder. Uno de los métodos que utilizó fue la realización de debates y diálogos. Tuvo muchos debates con su padrastro, que era idólatra.
Después de destruir ídolos, mantuvo un debate con Nimrod, el gobernante de la época. También tuvo debates con los que adoraban al sol, la luna y las estrellas.
Abraham (P) usó formas efectivas en sus debates. Por ejemplo, usó preguntas racionales para llamar la atención de los incrédulos e idólatras sobre las debilidades y fallas en sus creencias y acciones. Le dijo a su padrastro:
¡Padre! He recibido una ciencia que tú no has recibido. ¡Sígueme, pues, y yo te dirigiré por una vía llana! (43 Sura Maryam) También hizo preguntas para que los idólatras dudaran de sus creencias y luego los hizo enfrentar sus errores: Cuando dijo a su padre y a su pueblo: «¿Qué servís?» (70) Dijeron: «Servimos a ídolos y continuaremos entregándonos a su culto». (71) Dijo: «Y ¿os escuchan cuando les invocáis? (72)¿Pueden aprovecharos o haceros daño?» (73) Dijeron: «¡No, pero encontramos que nuestros antepasados hacían lo mismo!» (74) [sura ash Shoara 70-74] En sus debates, Abraham (P) utilizó comparaciones, deducciones, razonamientos y otras formas de convencer a la gente. Uno de sus debates más hermosos fue con aquellos que eran adoradores de estrellas. Inicialmente se presentó como un adorador de estrellas, pero luego desafió la creencia y llegó a la conclusión de que solo Dios, el Todopoderoso, es digno de adoración. Cuando vio la luna que salía, dijo: «Éste es mi Señor». Pero, cuando se puso, dijo: «Si no me dirige mi Señor, voy a ser, ciertamente, de los extraviados». (77) Cuando vio el sol que salía, dijo: «Éste es mi Señor! ¡Éste es mayor!». Pero, cuando se puso, dijo: «¡Pueblo! Soy inocente de lo que Le asociáis. (78) [Al Anam] En sus debates, Abraham (P) ofrecía sus puntos de vista con valentía sin ningún temor a las amenazas y peligros, pero exponía sus puntos con calma y paz y esto realzaba la eficacia de sus palabras.